En Studio375 entendemos el arte de contar historias, y cómo esto desempeña un papel fundamental en la elaboración y presentación de un pitch exitoso.
Por eso, hemos perfeccionado nuestras habilidades a lo largo de los años, y nos encantaría compartir contigo algunas de nuestras mejores prácticas y experiencias para el pitching de proyectos audiovisuales.
Ante todo, debes conocer a tu público. Es fundamental saber a quién te diriges, y qué es lo que esas personas buscan. Esto te ayudará a adaptar tu discurso y a hacerlo más atractivo para sus intereses.
Cuando crees tu propuesta, céntrate en la historia. Una buena historia tiene una estructura clara, con un principio, un nudo y un desenlace. Es fundamental destacar el viaje del protagonista y su evolución a lo largo de la historia. La trama debe ser clara, con giros y sorpresas que mantengan enganchada a la audiencia.
continuación, empieza con un tema que cautive al destinatario del deck y del pitch. Es clave que el argumento capte la atención del lector desde el principio, esto puede lograrse por medio de una escena cargada de emotividad, un escenario único o un personaje intrigante. Sea lo que sea, asegúrate que el lector siempre quede con ganas de saber más.
En cuanto al tono, es importante ser conciso y directo. Concentrarse en los detalles o en la historia secundaria puede limitar el impacto de tu historia. Limítate a los elementos esenciales y al desarrollo de los personajes, y deja que la imaginación del público haga lo suyo.
Y hablando de complementar o contextualizar tu historia, ahí es donde entra en juego «mostrar, no contar». Utiliza un lenguaje vívido e imágenes concretas para dar vida a tus personajes, las situaciones, los escenarios y las emociones. Esto ayudará al lector a entender lo que está pasando, y hará que tu discurso siempre sea más atractivo.
Resalta los beneficios de tu historia, y cómo la misma puede ser atractiva para ser producida. Al presentar un nuevo proyecto, es fundamental destacar lo que lo diferencia de los demás y por qué será un éxito. Si te centras en las ventajas, generarás entusiasmo e interés por tu proyecto.
Y por último, pero no por ello menos importante, añade un toque de humor. Un poco de humor puede hacer que tu discurso sea más memorable y agradable de leer. Eso sí, asegúrate de que sea apropiado y no exageres.